Molestia o sensación dolorosa en el área del abdomen que puede aparecer súbitamente o ser persistente a lo largo del tiempo.

Sensación de ardor en el pecho por ácido estomacal que regresa hacia el esófago.

Protuberancia palpable o crecimiento anormal en ingle, abdomen, cuello u otra parte del cuerpo.

Sensación de abdomen lleno y agrandado con aumento visible de su tamaño.

Malestar estomacal y expulsión forzada del contenido gástrico que persiste por días o es recurrente.

Variaciones inusuales en la frecuencia o consistencia de las evacuaciones que persisten en el tiempo.

Presencia de sangre visible en las heces que puede ser roja brillante o heces oscuras y alquitranadas.

Temperatura elevada y dolor puntual en el abdomen sin causa aparente, indicando proceso infeccioso interno.