Apendicitis Aguda

Descripción

La apendicitis aguda es una inflamación súbita del apéndice, una pequeña estructura en forma de dedo que se proyecta desde el intestino grueso. Requiere atención médica urgente ya que, si no se trata a tiempo, puede romperse y causar complicaciones graves. Es una de las emergencias quirúrgicas más comunes y puede afectar a personas de cualquier edad, aunque es más frecuente entre los 10 y 30 años. El diagnóstico temprano y la intervención quirúrgica oportuna son cruciales para prevenir complicaciones potencialmente mortales.

Causas

Obstrucción del apéndice por acumulación de heces endurecidas (fecalitos)
Cuerpos extraños que bloquean la luz apendicular
Ganglios linfáticos inflamados en la pared del apéndice
Tumores (en casos raros)
Infecciones que causan inflamación y obstrucción
Hiperplasia del tejido linfoide

Síntomas

Dolor abdominal súbito que comienza alrededor del ombligo y se desplaza hacia la parte inferior derecha
Dolor que empeora con la tos, al caminar o al realizar movimientos
Pérdida de apetito
Náuseas y vómitos que aparecen después del dolor
Fiebre baja progresiva
Estreñimiento o diarrea
Distensión abdominal
Sensibilidad en el punto de McBurney

Complicaciones

Perforación del apéndice con liberación de bacterias en la cavidad abdominal
Peritonitis: infección grave del revestimiento del abdomen, potencialmente mortal
Absceso: formación de una bolsa de pus alrededor del apéndice perforado
Sepsis: infección generalizada en el torrente sanguíneo, una emergencia médica
Obstrucción intestinal por adherencias postoperatorias

Factores de Riesgo

Edad entre 10 y 30 años (mayor incidencia)
Sexo masculino (ligeramente más común)
Antecedentes familiares de apendicitis
Dieta baja en fibra (posible factor contribuyente)
Infecciones gastrointestinales previas

Estadísticas en México

La apendicitis aguda es una de las emergencias quirúrgicas más comunes en México, representando aproximadamente el 60-70% de las cirugías abdominales de urgencia. Se estima que la incidencia es de 1-2 casos por cada 1,000 habitantes por año, siendo más frecuente en áreas urbanas. La mortalidad es baja cuando se trata oportunamente, pero aumenta significativamente en casos de perforación.